os gusta el nuevo relato sueños de una cazadora??

Powered By Blogger

Avatar

Avatar

domingo, 10 de enero de 2010

10º parte¡¡ dentro de poco se acaba la primera parte del libro y empieza la 2º

en primer lugar quiero dar gracias a todas las lectoras, a algunas de vosotras por los comentarios
espero que os guste muxo esta nueva parte
un beso muy grande a todas¡¡¡

Llevamos media hora caminando a través del bosque y mi vestido está completamente desgarrado. Ahora sí que parezco una novia cadáver de verdad, compruebo con tristeza.
Hace bastante ya que hemos cambiado de día, ahora es uno de noviembre y mi parte racional desea que con el día de Halloween halla acabado también mi pesadilla. Pero yo sé que no es así, y mi otra parte se encarga de recordármelo con crueldad constantemente.
Alexander, ajeno a la batalla de personalidades que se libra en mi interior, camina con cautela detrás de mí. Se le ve tan seguro de sí mismo que cualquiera diría que sabe el final que le espera y que está dispuesto a afrontarlo con valentía. Sin embargo, yo le veo muy vulnerable y siento que debo protegerle, cosa que no estoy haciendo en absoluto. Esa parte de mí que quiere salvarle lucha por mantener el control pero a cada segundo que pasa mi alma se convierte en una copia exacta de mi cuerpo, frío y oscuro.
- Caramba, Lindy, ¿podrías andar un poco más despacio? Con eso del maquillaje oscuro, lo único que veo es tu vestido. Y no lo reconozco fácilmente entre tantas ramas.
Me freno en seco y me giro para mirarle. Tiene todo el cabello enredado y lleno de ramas secas y sus ropas estás desgarradas, como las mías.
- Eh... si claro. Perdóname.
Continúo andando, pero esta vez más despacio. Lo cierto es que Kyle no ha mencionado que tenga que traerle lo más rápido posible. Soy yo la que quiere zanjar el tema para no seguir sintiendo este horrible vacío en el estómago.
Unos minutos después alcanzamos el claro. Gracias a mi vista nocturna y mi intuición recién adquiridas puedo sentir la oscura presencia que nos acecha más allá de los árboles y de la luz de la luna, dispuesta a entrar en acción a la mínima oportunidad. Un escalofrío me recorre el cuerpo. Los recuerdos me invaden en oleadas y aún puedo sentir terror, ya que mi cambio no se ha completado todavía. Desvío la mirada de las sombras para dirigirla hacia mi mano, donde la oscuridad aún no ha podido asentarse. Me pregunto porqué. Según lo que me ha contado Kyle el cambio ya debería haberse producido.
- ¿Qué es eso que querías enseñarme?
La pregunta de Alexander me sobresalta y hace que pierda el hilo de mis pensamientos. Se supone que Kyle ya debería estar aquí, sé que está cerca pero no puedo decir dónde con exactitud.
Me quedo plantada frente al claro, sintiéndome como una estúpida y sin saber qué contestar.
- Linda, ¿pasa algo?
- Eh... no, no pasa nada.
Maldita sea. Dónde se habrá metido Kyle.
Los minutos pasan cada vez más deprisa y Alexander y yo seguimos quietos, camuflados entre las ramas de los árboles y mirando hacia el claro. Yo, buscando una reacción por parte de Kyle y Alexander buscando una reacción mía. La situación es tan ridícula que me veo obligada a dar la vuelta y volver por donde he venido para salir de ella.
Alexander me mira con extrañeza pero yo apenas me doy cuenta de ello porque estoy ocupada con la figura que hay enfrente de mí.
Ahora ya sé porque percibía la presencia de Kyle cerca. Ha estado todo el rato detrás nuestro y ha debido divertirse bastante con la situación. Maldito vampiro chupasangre.
- ¿Quién eres tú?- pregunta Alexander adoptando una pose defensiva.
El lento avance de Kyle hace que Alexander y yo retrocedamos hacia el claro. Medio vampiro o no, la sonrisa de Kyle me pone los pelos de punta.
- Bien hecho, Linda.- Dice Kyle, haciendo caso omiso a la pregunta de Alexander.
- ¿Le conoces?- Me pregunta Alexander extrañado.
Genial, ¿y ahora qué? No tengo ni idea de cómo actuar, y tener dos pares de ojos completamente fijos en mí no ayuda.
- Bueno, puede decirse que sí. Es decir, es mi ex novio pero, aparte de eso también hay algunas cosas que...
- No puedo creerlo.- Kyle me mira fingiendo dolor y dice- ¿no le has hablado de mí, querida?
- ¿Querida? Linda, ¿quién es este tío?
Las cosas empiezan a ponerse feas y no sé qué se supone que es lo que debo hacer. Kyle está enredando las cosas, sabe que debería empezar a actuar y cerrar la boca, ¿por qué me pone las cosas aún más difíciles?
- Ya te lo he dicho, es mi ex novio.
- ¿Y qué hace aquí?
Kyle observa la escena con curiosidad y picardía, disfrutando evidentemente con la confusión de Alexander y con mis intentos por enderezar las cosas.
Al ver que no contesto, Alexander me coge del brazo y acerca mi cara a la suya con la intención de leer la verdad en mis ojos. Entonces pasa algo muy extraño. Entre mi brazo y su mano se eleva una fina columna de humo. Extrañado, Alexander aparta la mano y con gran sorpresa alcanzo a ver que la parte del brazo que Alexander a tocado ya no está negra, devolviéndome así una parte de mi humanidad.
Alzo la vista sorprendida y compruebo que el rostro de Kyle ha pasado de tener una expresión divertida a ser una máscara de horror y odio.

domingo, 3 de enero de 2010

FELIZ AÑO NUEVOOOO¡¡

FELIZ AÑO NUEVO A TODASSSSS¡¡
ESPERO K ESTE AÑO KE VIENE SEA EL MEJOR PARA MI SEGURO
ADEMAS ACABO DE CONOCER A MI PERFECTO ALEXANDER ;)
ACABO DE COLGAR LA 9º PARTE ESTA UN POCO MAS ABAJO
ESPERO KE OS GUSTE A TODAS¡¡
ADEMAS, ME GUSTARIA MEJORAR LOS DEFECTOS QUE TENGA EL RELATO ESTE AÑO
PODEIS DEJAR UN COMENTARIO OS LO AGRADECERIA UN MONTON¡¡
GRACIAS A TODAS¡¡ XD

9º parte¡¡¡¡

nueva parte¡¡¡
esta es la tercera parte de la primera parte xD
dentro de poco entramos en la segunda¡¡¡
espero k os guste a tod@s¡
un besazooooo ;)


TERCERA PARTE: EL CAMINO CORRECTO
Una multitud. Estoy rodeada de una multitud, pero no de una cualquiera. Recorro con la mirada cada rincón de la fiesta y en mi camino reconozco varios rostros. Estoy en la fiesta, de nuevo, pero esta vez no bailo en medio de la pista, sino que, desde una oscura esquina me dedico a recorrer con mi vista todos los rincones del local.
Desde este sitio tengo una panorámica excelente de Alexander, aquel a quien he venido a buscar. Ahora mismo se dedica a observar con una máscara de decepción cómo bailan las distintas parejas. Exactamente como yo, solo que él no puede verme, estoy absolutamente camuflada en la oscuridad. Me pregunto en qué estará pensando. Tal vez en cómo he podido dejarle plantado nada más empezar el baile. Mi rostro se deforma en una expresión de lástima y culpabilidad, pero sólo dura una milésima de segundo, porque en seguida se transforma de nuevo en una sonrisa torcida. Involuntariamente, me llevo las yemas de los dedos hacia los dos perfiles curvos que aparecen ahora en mi dentadura. Sonrío con aprobación.
Me planteo por un instante la posibilidad de buscar a mi maestro y compartir con él el resto de la noche, antes de que lleguen de nuevo los odiosos rayos de sol que me separarán de él. Tengo muchas ganas de hacerlo, pero ese no es el plan que ÉL a escogido para mí, y de ninguna manera voy a desobedecerle. Es mejor que siga con el plan.
Lentamente, me levanto de la incómoda silla de plástico dispuesta frente al equipo de música y me acerco hacia mi objetivo, cruzando la sala de lado a lado. La multitud sigue bailando sin darse cuenta aparentemente de mi presencia, sin embargo, yo puedo leer en los rostros de la gente el aturdimiento momentáneo que les produce mi roce.
Siento los ojos confusos de Alexander sobre mí y alzo la mirada. Mis ojos se encuentran con los suyos y empiezo a vacilar. Por mucho que haya cambiado, aún no sé si estoy preparada para hacerle daño, pues él es... fue la persona más importante para mí antes de sufrir el cambio y eso es algo difícil de ignorar. Pero cuanto más vacilo, más me enfado conmigo misma por no ser capaz de hacerlo y eso hace que me enfurezca con Alexander, por ser la fuente de mis problemas. Si ÉL me viera no se sentiría nada orgulloso de mí.
Me planto delante de Alexander con el ceño fruncido y me doy cuenta de que estoy cometiendo un error. El plan me obliga a sonreír. ÉL está débil y necesita mi ayuda. Con un gran esfuerzo, consigo alzar las comisuras de mis labios y formar una débil sonrisa.
- Hola, Alexander.
- Linda...- empieza diciendo él. Sus ojos me miran sin comprender, pero puedo sentir un atisbo de furia en su interior.
- Lo siento.- Le interrumpo. A continuación, las mentiras salen como un torrente de mi interior. – Sé que soy una estúpida, y que mi excusa te sonará muy falsa, pero es que cuando me has recordado lo de la marca negra en mi piel me he sentido muy insegura. No sabía si mi disfraz era realista de verdad y yo sólo quería impresionarte, así que he vuelto corriendo a casa y...
- ¿Porqué has tardado tanto? ¿Tienes idea de la de horas que llevo esperándote? Yo sí que me he sentido ridículo, no sé cómo has podido hacerme esto. Pensé que te hacía tanta ilusión como a mí venir al baile.- Ahora es él quien me interrumpe, y no me sienta nada bien. – Además, ¿qué es lo que te has hecho? Me gustabas mucho más antes, con la piel pálida. ¿De dónde ha venido la horrible idea de maquillarte absolutamente todo el cuerpo de negro?
- Pues verás, yo pensé que te gustaría más así, a mí me parece más realista.
- Tú no necesitas llevar un disfraz realista para estar guapa, y me parece ridículo que pienses que vas a quedar mal por no ir bien maquillada y que no te preocupe en absoluto dejarme aquí tirado.
Maldito humano. Sigo plantada delante de él, escuchando vagamente lo que dice acerca de lo dolido que está. ¿Porqué me siento culpable al escucharle? Sus malditos sentimientos no me importan. Lo único que necesito es llevarle hasta mi querido Kyle para que él pueda alimentarse libremente de su sangre. A ver si se calla de una vez...
- Alexander. Lo siento muchísimo, de verdad. Por eso necesito que vengas conmigo. Te he preparado una sorpresa muy especial exclusivamente para que me perdones. Por favor, confía en mí.- Digo cruzando los dedos tras mi espalda.
Lentamente, Alexander se levanta de su sitio, toma mi mano y me sigue. Antes de girarme para salir de la fiesta, él me coge por los hombros y me obliga a mirarle los ojos, que parecen jurarme que siempre estarán a mi lado y que él siempre va a confiar en mí. Mis ojos se empañan de lágrimas sinceras, una parte de mi no quiere hacerle daño, pero la otra me empuja a hacerlo y no puedo evitarlo. Él me besa en la frente y me da un pequeño empujón instándome a seguir adelante, a conducirlo hacia su propia tumba. Y no puedo evitarlo. Mis pies se mueven y ya nada podrá pararlos. Las lágrimas corren sin control por mis mejillas, pero él no puede verlas. Ojalá pudiera parar y dejarlo libre. Ojalá jamás hubiera coincidido con Kyle.
Mi mitad perversa se queda horrorizada ante esta oleada incontrolable de sentimientos, pero ahora comprendo que jamás podré dejar pasar por completo mi pasado. Y, por desgracia, tampoco mi presente.