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martes, 15 de diciembre de 2009

5º parte¡¡¡

PROBLEMAS
¡Bien! ¿Habéis tenido alguna vez uno de esos días en los que nada puede salir mejor?, creo que estoy teniendo uno. ¡Hoy es la fiesta del instituto! Yo nunca he dado mucha importancia a la fiesta de Halloween, bueno, todos los años por estas fechas me disfrazo con mis amigas y eso, (aunque supongo que eso se debe a la afición de Caroline por lo oscuro) Pero este año es diferente, ¿y sabéis porqué? ¡Por él!
Aún no puedo creerme que Alexander, el chico por el que llevo colada mmm... unas cuantas semanas (no penséis mal de mí, soy muy enamoradiza) me haya pedido que vaya con él, y eso que llevo pensando en ello desde el minuto exacto en el que me lo propuso, es decir, ayer. Es como un sueño.
Además, para mí sigue siendo un misterio que Alexander no haya invitado a Caroline. Ella es mucho más guapa y baila mejor.
Bueno, a lo mejor le gusto de verdad, pero no me lo ha dicho. Me refiero a que cuando alguien te invita a un baile no significa que seáis novios.
Estoy echada en mi cama junto a mi gatita Pesadilla, contando las horas que quedan para que llegue la noche pero creo que los relojes de mi casa han hecho un complot contra mí, pues no avanzan.
Estoy tan nerviosa... La verdad es que cuando Alexander me pidió que fuera con él la idiota de Caroline intentó disuadirme por envidia, usando excusas tipo: “creo que Alexander no te conviene”, o “Te mereces algo mejor”, muy típico. Caroline está acostumbrada a que los chicos se mueran por ella y apenas le faltó tiempo de venir a darme celos con su nuevo ligue-jugador-de-fútbol-cachas. Lo que no sabe es que a mi no me produjo envidia, sino lástima. La muy idiota. Pero no dejaré que nadie me arruine esta noche. Algo me dice que no la voy a olvidar... Agarro a mi gatita por debajo de las patas y dejo que se acomode en mi regazo, se lo merece por haber tenido que escuchar todo lo que necesitaba contarle. Entierro la cara en su pelaje blanco y canela y por un momento me siento como en casa, aunque he dejado de estarlo desde que mi madre no se ocupa de mí. Mmm... cómo adoro a Pesadilla. Ella siempre hace que todo parezca mejor incluso en los mejores momentos.
Me incorporo y miro a mi alrededor. Mi cuarto parece vacío y no podré hacer nada para que deje de estarlo, porque no sé qué es lo que le falta. Tal vez un poco de amor maternal.
Es increíble la rapidez con la que cambio de estado de ánimo. Hace unos minutos estaba rebosante de alegría por los cuatro costados y ahora siento nostalgia por algo que nunca he tenido y, probablemente nunca tendré. Una familia.
Vaya, será mejor que me decline por el sentimiento de felicidad, porque no tengo ganas de pasar un mal día, ya he tenido demasiados últimamente.
Será mejor que empiece a poner la mesa para la comida, de repente siento ganas de ayudar a mi madre en todo lo que pueda. Luego tal vez vaya a dar un paseo para poner en orden mis ideas.
Maldita sea. Mi día sigue empeorando, ¡y yo que pensé que iba a ser el mejor día de mi vida! Después de poner la mesa tuve la necesidad de probarme de nuevo el precioso vestido de novia cadáver que voy a llevar a la fiesta y, sorpresa, ya no me sirve. No pienso dar explicaciones, ¿de acuerdo?, simplemente no me entra. Punto. Y no pienso pedir ayuda a mi madre, últimamente lo saca todo de lugar y lo más probable es que me lleve a un psicólogo especializado en adolescentes problemáticas con anorexia, resumen, no es buen plan. Y segundo, (y por desgracia bastante peor), ¿recordáis ese paseo que se supone iba a aclararme las ideas? Pues sí, me han quedado bastante claras, no sé si puedo ir a la fiesta.
Mi ex novio está decidido a plantarse allí, en medio, delante de todo el mundo para pedirme que volvamos a estar juntos públicamente. Veréis, estaba andando tranquilamente por el paseo que lleva al cementerio, al fin y al cabo esta noche es Halloween y hay que seguir con la tradición, (la verdad es que nunca me han atraído mucho los cementerios). Entonces es cuando le he visto a él. Él venía del cementerio y yo iba hacia allí así que nos hemos cruzado. Tenía una extraña expresión entre sombría y burlona en el rostro, él siempre ha sido bastante misterioso, no obstante... esa expresión no es propia suya así que deduzco que, bueno, supongo que estaba un pelín raro. En cuanto le he visto he empezado a apretar el paso, odio las situaciones violentas, pero justo cuando estaba pasando de largo, él me ha agarrado del brazo. Al principio me he llevado un susto, pues había tenido la ligera impresión de que era un gesto que pretendía ser violento. Luego, él se ha agachado para susurrar en mi oído las inquietantes palabras que ahora me atormentan. Nota: ha ocurrido algo extraño cuando mi cuerpo a entrado en contacto con el de Kyle, mi ex novio. He sentido una corriente eléctrica vibrando entre nuestros cuerpos y luego, al mirarme el brazo que él me ha tocado he descubierto una especie de marca. Algo así como un moratón pero más definido y de un extraño color negro azabache, como una quemadura de forma extraña. No sé qué me lo dice pero estoy segura de que no es un moratón corriente. Aunque no estoy muy convencida de que eso sea un moratón, además, Kyle me ha agarrado del brazo con suavidad. Pero prefiero no darle mucha importancia a eso porque... ¡ya no puedo ir a la fiesta! Y eso dificultará las cosas con Alexander. Aunque claro, si no voy, lo más probable es que Caroline se aproveche de la situación a su favor para poder quedarse con Alex. Y eso no puedo permitirlo. Mierda. Ya veré como me hago cargo del problema. De momento será mejor que vaya pensando en cómo arreglar el vestido, eso es lo prioritario, por ahora.
¡Aleluya! Al final todo se ha solucionado, y con éxito. Bueno, con todo me refiero a mi problema con el vestido. Lo he cogido para hacerle unos ajustes y no ha sido necesario, porque ya me quedaba bastante mejor. Mi cuerpo está bastante raro, tal vez sea por culpa de mi extraño metabolismo, o tal vez porque estoy histérica.
- Mamá, esta noche me voy a la fiesta con Alexander- digo pasando de largo y yendo hacia el baño para aplicarme los últimos retoques del maquillaje.
- ¿Fiesta? ¿Qué fiesta?- pregunta confusa, siguiéndome por el pasillo.
La miro un instante y me da lástima. Está en bata y tiene el pelo recogido en un maltrecho moño. Como lleva una semana más o menos sin salir de casa, no se ha maquillado y tiene las arrugas más marcadas que nunca.
- A la fiesta de Halloween, mamá. ¿Te acuerdas de Alexander?
- Claro que sí. No haces otra cosa que hablar de él.
- Pues me ha invitado. Pasará a recogerme a las siete o siete y media.
- ¿Y a qué hora volveréis?
- Bastante tarde así que no te preocupes, ¿vale?- De repente se me ocurre una idea para animarla.- ¡Ah! Y, ¿por qué no quedas con alguien para celebrarlo? Es obvio que necesitas divertirte.
Insto a mi madre a que se mire y se le llenan los ojos de lágrimas. En este momento estaría dispuesta a matar al que la ha hecho sufrir de este modo.
- Tienes razón- dice entre sollozos- voy a llamar a alguien para celebrarlo.
La abrazo suavemente y le doy un beso en su alborotada cabeza.
- Me parece bien. Podrías llamar a uno de esos chicos que tienes en tu lista de posibles solteros decentes.
Sonríe débilmente y me mira.
- Te quiero, Linda, y sé lo poco que te gusta que quede con personas que no conozco...
- Pero hoy vas a hacerlo- Le interrumpo.- Sólo te pido que tengas cuidado.
- Vale.
- Bueno, ve a arreglarte. Yo aún tengo que preparar un par de cosas.
Asiente con la cabeza en señal de aprobación. Doy media vuelta y continúo por el pasillo.
- Por cierto- me giro de nuevo.- Ese vestido de novia cadáver te queda de miedo. Seguro que a Alexander le encanta.
Sonrío a mi madre y los por un momento, mis ojos sólo reflejan amor y, tal vez, un poco de preocupación. Sí, ojalá.

1 comentario:

  1. espero que os guste¡¡ se que es un poco largo, pero si cuelgo partes mas pequeñas no acabamos nunca ;)
    un besazo¡¡¡

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