os gusta el nuevo relato sueños de una cazadora??

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miércoles, 9 de diciembre de 2009

Primera parte oficial!

PRIMERA PARTE: MI VIDA
Es oficial. Odio el colegio. Para lo único que sirve es para quitarnos nuestras preciadas horas de sueño y llenarnos la cabeza de porquería. Sé que dentro de unos años, cuando sea una historiadora famosa, me arrepentiré de haber puesto esto, y por supuesto mi madre también. Nadie quiere que su hija perfecta piense algo así de los estirados centros educativos de la periferia. Tal vez por eso no tengo muchos amigos y acabo de romper con mi novio.
Lo normal en esta situación sería que me pusiera a llorar a moco tendido, ya sabéis, por la ruptura. Pero no me arrepiento en absoluto. Es más, lo cierto es que si esto no hubiera acabado, pronto lo habría cortado yo.
La razón por la cual no me ha importado romper con mi novio es que me he enamorado perdidamente de otro chico. Alexander.
Alexander y yo somos amigos desde hace mucho. Él siempre me ha parecido muy simpático pero nunca he pensado en él de este modo. Hasta hace un par de semanas.
Ha sido cuando ha empezado a fijarse en él Caroline, mi supuesta mejor amiga a la que yo no soporto. El caso es que vino un día al colegio y la oí cuchichear con un par de chicas más acerca de lo guapo que es.
Vale, he de admitir que es guapísimo, además de tener un pelo precioso, pero no es sólo por eso por lo que me gusta. Entre él y yo hay mucha confianza y él siempre ha estado allí cuando yo lo necesitaba.
Siempre hemos sido muy buenos amigos, pero hay ciertas edades en las que las chicas empezamos a buscar... algo más. A mí me pasa exactamente eso. Es bueno tener a tu lado a alguien en quien confías y a quien quieres un montón. Yo pienso que es la combinación perfecta que tendrían que tener todos los novios. No se puede pedir más... ni menos. A no ser que seas una estúpida como Caroline y te guste tener novios igual que te gusta tener trofeos. Depende del punto de vista desde el que lo mires.
Pego un bote en la cama. El despertador a dado su tercer y último aviso y estoy a punto de llegar tarde al colegio, como siempre. Por suerte hoy es jueves y coincido en la mayoría de mis clases con Alexander. ¡Genial! Tal vez incluso consiga que me invite al baile que se va a celebrar por Halloween mañana en el instituto, eso si Caroline no ha aprovechado aún para pedírselo.
Con una nueva oleada de fuerzas y mis energías renovadas salto de la cama para vestirme. Ayer por la noche preparé mi ropa así que por suerte hoy no tengo que elegirla. Me encajo como puedo los pantalones y la sudadera, agarro mi mochila y salgo disparada a la cocina para coger mi desayuno. Mi vida últimamente es bastante precipitada y apenas me da tiempo a desayunar. Abro la despensa, cojo dos barras de cereales y las meto como puedo en los bolsillos de mis vaqueros. Si mi madre estuviera despierta no me dejaría salir sin haber comido, pero lleva dos semanas sin querer salir de casa desde que “papá dos” la dejó por la típica rubia estúpida con poco cerebro y muchas tetas, de esas que salen en las películas. No os extrañéis por lo de papá dos, es que mi padre biológico nos abandonó a mi madre y a mí cuando yo sólo tenía dos años. Ahora mamá se dedica a pasar las tardes en bares de solteros o concertando citas a ciegas por internet. Yo siempre le intento explicar que esas cosas no funcionan así y que el amor no tiene un perfil en internet, pero ella nunca deja de intentarlo y no soportaría decepcionarle, así que lo pienso pero me lo callo.
En mi familia, la única persona que me escucha es mi gata, Pesadilla. Ella siempre va a su bola y como no puede opinar ni quejarse, la pobre siempre tiene que tragarse los problemas familiares. Estoy segura de que si hay un cielo para los gatos, Pesadilla tiene un lugar asegurado en él.
Hablando de pesadillas. Voy a llegar tarde al colegio.

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